Según el informe de ONU medio ambiente «Perspectiva de la gestión de residuos en América Latina y el Caribe» los residuos orgánicos son los que más se generan y los que menos se gestionan.
Los residuos orgánicos representan, en promedio, el 50% de los residuos municipales en los países de la región. Su falta de tratamiento específico provoca la generación de gases de efecto invernadero y la producción de lixiviados, además de disminuir la calidad de los productos eventualmente reciclables y dificultar dicho proceso.
Por lo tanto, se debe promover la separación en origen y la recolección diferenciada de los residuos secos y orgánicos y su eficaz tratamiento. Al mismo tiempo, se debe considerar la prohibición gradual de la disposición de los residuos biodegradables en los rellenos sanitarios e incentivar su aprovechamiento, por ejemplo, mediante el compostaje.